lunes, 29 de octubre de 2007

Cualquiera puede dominar un sufrimiento... excepto el que lo siente



Sí, es tarde, tarde para hablar con nadie, y no porque ya estéis todos durmiendo, sino porque no hay nadie con quien contar.
Gracias por contestarme al mensaje, claro, luego me reprochaste que yo no te contesté en seguida. Perdona, se me olvidaba que sólo tú puedes desaparecer, yo no. Yo siempre estoy aquí para ti, y lo que es más importante; al segundo.
Gracias por decirme que todavía estabas vivo, que no pasaba nada, sólo que últimamente estás "un poco perdido para todo y para todos". Ah, bueno, yo no sabía si te había pasado algo... y a ti sólo se te había olvidado...
Eso fue hace casi una semana. Vuelvo a estar igual, pero no sé porqué, ahora creo tener la certeza que estás bien, sólo que no te acuerdas de mí. Te odio, más profundamente que nunca. Te dije que no quería odiarte, por qué me obligas... Antes sabía que si no fuera por mí no volvería a verte ni a saber nunca de ti, pero ahora, ni siquiera mis esfuerzos cambian eso.
No quería que nada cambiara, sabía que me arriesgaba, y te he perdido. No debería haberte apostado, ya te perdí hace tiempo, y lo poco que me quedaba...
Ya no tengo nada que me consuele.
Últimamente siempre me duele la cabeza, siempre tengo pesadillas, siempre me desvelo... Pero sigo echándote de menos, aunque sea poco, o mucho, no lo sé, pero eso nunca cambia.
¿Qué me has hecho?
Déjame dormir, por una puta vez en la vida. Déjame descansar.

Río, lloro y paso de todo por el bien de los dos...
(Coti)

miércoles, 24 de octubre de 2007

No voy a dejar de hablarte sólo porque no me estés escuchando...

Sí, sé que la gente suele tenerme miedo, o algo peor...
No se lo reprocho.
A veces, me siento mal, me duele tanto que no puedo aguantarlo.
Nunca he podido aguantar un dolor de cabeza por mucho rato. Cuando pasa demasiado tiempo, me dan ganas de arrancarme la cabeza. No suele pasarme, así que me da igual, no me preocupa...
Pero este dolor... este dolor es peor que cualquier dolor físico.

El otro día, vi un capítulo de Queer as folk, esa serie tan rara y tan... morbosa. No me gusta, pero tenía insomnio, y contrariamente, no había nada más. Así que nada, había un chico, mirando a otro en clase, dibujándole... desnudo. El profesor, (supongo que se había dado cuenta) le pregunta qué es desear, él mirando de reojo al chico todavía, le responde que es ansiar desesperadamente, hasta que duele.
- ¡Exacto! Tiene que doler... ahí está la clave, sino, no vale.

Tiene que doler... ¿Alguna vez habéis sentido dolor psíquico? No sé cómo se llama, pero vosotros me entendéis. Yo lo siento a menudo. No lo aguanto... A veces siento tanto dolor, que tengo que rajarme con unas tijeras, y hasta que no veo la sangre, no me alivio. No me duele, todo lo contrario. Ese dolor, el que produce una herida, no es nada, comparado...
Hay gente que se alarma mucho por los que nos autolesiobamos. No es para tanto, a mí me parece una tontería. Cuando te duele la cabeza, te tomas una aspirina, pero no hay aspirinas para cuando te duele el corazón, así que... algo tengo que hacer. Una vez que sientes dolor físico el otro parece menos real.
Hace mucho tiempo que no lo hago, y por ahora lo llevo bien, aunque hago otras cosas que seguramente a la larga me dejarán peores secuelas. Pero Peter me lo pidió... Me dijo que si volvía a verme una herida no volvería a hablarme, se iría sin decirme nada. Supongo que ahora, que me ignoras, que no sé nada de ti, que si te hubieras muerto todo sería igual desde mi lado del río, puedo rajarme, no? Puedo hacer lo que quiera. ¿Dónde estás? Joder, ¿te has olvidado de mí? Sabes cuánto me duele no saber de ti...
Sé que mucha gente me tiene miedo, por eso y muchas otras cosas. No se lo reprocho. Yo también tengo miedo.

martes, 16 de octubre de 2007

Carta para Peter

(Escrita el 3 de octubre de 2007)

Estuve intentando conseguir unas Campanillas preciosas en el Corte inglés, pero estaban envueltas, así que tuvimos que tantearlas para ver cómo era la forma. Me recordó tanto a los Spidys que intenté conseguirte... Sé que te encantarían esas Campanillas. Son preciosas, seguro que te hubieran gustado... Seguro que la enfadada te habría recordado a mí... He hecho mal en leer todos los mails que tengo tuyos. No hago más que recordarte, y tengo tantas ganas de escribirte... Seguro que piensas que ya no me acuerdo de ti, pero me duele muchísimo todo esto y cada día que pasa me pregunto si realmente servirá para algo más que para hacerme daño, pero verte también me hacía daño, y a ti también, así que no sé qué es peor... Sólo sé que no paro de pensar en ti. Sólo deseo olvidarte para poder volver a verte... No es estúpido? Qué sentido tiene? A lo mejor, ninguno. Claro, fue idea mía, así que no sería raro... No hago más que oír a James Blunt, y mil canciones más que me recuerdan a ti, y recordar todo lo que te debo, y todo lo que me debes (ir a la pisci, enseñarte mi ciudad*, pasar la Nochevieja juntos...). Está claro que nuestra relación sólo fueron un montón de promesas sin cumplir, incluyendo la de no volver a enfadarme, no volver a hacerte daño, cambiar... Soy una mentirosa. Sé que nunca he podido ser mejor, y sólo te mentí para retenerte. Es cierto que nunca debí conocerte, no lo dije por hacerte daño, pero ya da igual, porque fui una estúpida y accedí, porque me convenciste, y dejé que me enamoraras, dejé que entraras en mi vida y ahora no sé cómo sacarte... No sé cómo hacer que salgas de mi cabeza. Sólo van 2 semanas y 3 días... Parece que hace años que no te veo, voy a morirme. Sólo deseo que llegue diciembre, para tener que escribirte por la estúpida excusa de tu cumple, o navidad, o lo que sea... Necesito saber de ti, pero tú no me vas a escribir, y yo tampoco puedo. Sé que aunque quisieras (cosa que dudo a horrores, ya que no me extrañaría que estuvieras felizmente con alguna y me hubieras olvidado) no lo harías... Eres tan orgulloso!! Como la rosa del Principito. Eres como un principito...
Dios... cómo te echo de menos...
Cuánto te quiero...

Son la 1 a.m., y empiezo a desvariar.





(No llegué a enviársela...)