lunes, 12 de noviembre de 2007

Sueños


Ayer, después de enviarte ese mail, me fui a dormir. Me acurruqué en la cama y cerré los ojos con todas mis fuerzas. Con todas mis fuerzas te imaginé a mi lado. Siempre me resulta tan fácil creerme mis sueños... De repente estabas ahí, acariciándome, oí cómo volvías a decirme que me querías, lo recuerdo perfectamente. Sentí tu mano en mi espalda;
me abrazabas, porque aunque lo haya sentido pocas veces en la vida, aunque casi nunca me abrazabas, lo recuerdo tan nítidamente...
Mi móvil se encendió. La batería ya estaba cargada, y eso había sido suficiente para despertarme de mi sueño. No, no te vayas, todavía puedo soñar un poco más contigo, sé que todavía estás aquí, y que no estoy sola... Que me quieres.
Ayer volvían a asaltarme todas esas dudas, porqué dejaste de quererme, qué hice mal. Y otra vez ese dolor... que no aguanto... Pero pude relajarme. Pude volver a mis sueños. Volví a sentir como si estuvieras conmigo, durmiendo a mi lado, dándome calor, arrebatando ese frío que hay en mí y del que no soy capaz de librarme.
Desde ayer sueño mucho, y por eso vuelvo a sentir mucho dolor, porque cada poco me despierto y me doy cuenta de que no es cierto, y eso duele más que mil cuchillos.
Sí, lo creía, pero es mentira. Sigo sintiendo lo mismo. Sigo queriéndote. Tengo que dejar de verte. Tengo que olvidar que existes. Tienes que morir para mí, por favor.
Nunca me había dolido tanto soñar, y es que no es cierto eso de que lo peor es añorar lo que nunca sucedió. Cuando yo imaginaba cosas, no me dolía tanto despertarme. No tanto como haberte perdido. Vuelvo a llorar como antes, aunque hacía mucho que no me pasaba.
Y no sé para qué escribo esto, si nunca lo vas a leer.

Daría TODO porque volvieras a quererme...




Escóndete un mundo y que nadie lo vea... (Héroes del silencio)
(Imagen de Jim Warren)

No hay comentarios: